Los paisajes de la mente se deforman,
las esferas de luces, las burbujas
son reflejos que rompen
la imagen
destruyendo en fragmentos
la esencia y la ausencia de todo.
Caen como miradas despiertas sobre luz,
el resplandor,
de sentir lo interminable,
la mañana fría que necesita de ese fuego
para encender las manos sobre el marfil,
la sangre del piano,
ritmo, cadencia
y sentido
abstracción que fluye
del espacio burbuja que se desintegra transparente.
La mirada de todos los ojos,
de las esquinas,
las calles, los animales, los autos, los edificios, las sombras que caminan sin cara,
la vida en síntesis
todo ese escenario se me presenta como la ruina
de una obra en suspenso
un teatro vacío
un telón
una mesa roja y negra
un hombre que dibuja figuras con el humo
mientas piensa
en re menor
diseñando con sus manos el camino que la melodía preludia,
creador
de espejismos
que son el contorno
de nuestro circulo.
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