.
.
.
Caminar y mirar hacia el piso. Encontrar una carta española, partida a la mitad. Uno de oro. Quizás signifique algo más que el mero azar de enfocar la mirada en algo que sustancie un momento. Y esa carta me dijo, dada vuelta, que si en la ida hubiese mirado hacia abajo la posición hubiese cambiado el significado y la pregunta.
.
.
,